El autocuidado: ¿por qué es y ha de ser una estrategia política en las organizaciones y movimientos por los derechos humanos?
Mon, 11/14/2016 - 9:58am
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El autocuidado: ¿por qué es y ha de ser una estrategia política en las organizaciones y movimientos por los derechos humanos?
Hola a tod@s. Desde Defenred y la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos les damos la bienvenida a este Dialogo Virtual sobre autocuidado en New Tactics. Para empezar con el diálogo proponemos el siguiente subtema y hacemos unas reflexiones y preguntas que pueden servir como orientación para iniciar la conversación. Cualquier reflexión será bienvenida.
El autocuidado: ¿por qué es y ha de ser una estrategia política en las organizaciones y movimientos por los derechos humanos?
Poco a poco se va hablando cada vez más del autocuidado, pero ¿lo consideramos algo importante dentro de nuestra estrategia política, tanto a nivel individual como dentro de la organización? ¿O sigue siendo un “lujo que no podemos permitirnos”…?
Y es más ¿pensamos que realmente es y debería ser parte principal de la estrategia de los equipos, organizaciones y de las personas defensoras de derechos humanos? ¿Por qué?
Muchas veces pensamos en lo que cuesta el autocuidado, pero ¿Qué le aporta a una organización que sus miembros trabajen individual y colectivamente el autocuidado? ¿Y a los propios defensores y defensoras? ¿Es fundamental para garantizar la permanencia a largo plazo de la organizacion y para la sostenibilidad de nuestros movimientos?
En definitiva ¿el autocuidado debe ser una estrategia política y una línea de trabajo fundamental?
Quienes trabajamos en la defensa y promoción de los derechos humanos, conocemos con mucho detalle la importancia de cuidar de la salud, sin embargo somos poco capaces de empezar por nosotras/os mismas/os. Trabajamos mucho y rápido, tenemos financiamientos que cada año parecen hacerse más chicos pero el trabajo no disminuye, lo llevamos a casa, lo hacemos en fines de semana, incluso a muchas personas les cuesta trabajo desconectarse del teléfono porque parece que todo es “tan absolutamente importante” que si no estamos pendientes el mundo se va a caer. Bajar el ritmo para tener una vida más saludable sigue siendo un lujo, sigue estando en el horizonte lejano, incluso para muchas sigue sin ser una prioridad real.
Qué genial esta oportunidad para debatir!!!! Lanzo algunas reflexiones
1. Las computadoras necesitan mantenimiento
A la mayoría podrá parecernos obvio que las computadoras o demás equipo en la oficina necesiten mantenimiento, y aunque nos desespere tremendamente que nos quiten nuestras herramientas de trabajo dos horas (o más) para arreglar un problema, sabemos que es indispensable si queremos seguir trabajando.
No nos resulta así de obvio que nuestros cuerpos (nosotras/os pues!) requerimos de tiempo de recarga: comer sano y pausadamente, hacer ejercicio, reír, hablar de otras cosas que no sea trabajo, dormir, tener vacaciones! Acá otra vez, conocemos bien el discurso, pero se aleja en el horizonte…
Hace falta convencernos a nosotras mismas primero de la imperiosa necesidad de cuidar de nuestra salud y asumir el autocuidado como parte de nuestras actividades laborales. Una vez que asumamos la importancia de cuidar de nosotras/os nos toca la tarea de hacerlo notar a las agencias y a los grupos de donantes: No es ético intentar cambiar el mundo a costa de la salud de las y los activistas.
No deja de llamarme la atención que dentro de la estructura de las organizaciones haya gente que se encargue de dar mantenimiento a los equipos de computo, pero aun no hay personas especialistas encargadas de programar e implementar de forma constante estrategias de autocuidado.
2. El equipo de seguridad de los bomberos no es opcional… y no lo compran por separado
Definitivamente no basta dejar el autocuidado como una opción personal, como algo que las personas deban elegir hacer o no en su tiempo libre. Estar en contacto con experiencias frustrantes y/o traumáticas afecta la salud, las organizaciones debemos tomarnos esto en serio y buscar la forma de financiar investigaciones sobre los efectos que tiene para nuestra salud el trabajo que realizamos. Si nuestra salud se ve afectada por el trabajo que realizamos, es dentro de nuestras organizaciones que debemos diseñar e implementar estrategias de cuidado de la salud como parte de nuestras labores, no como un lujo, sino como un requisito.
Lo anterior, además de ser ético es estratégico. Invertimos muchas horas en la formación de personas calificadas, en la especialización del trabajo que realizamos. Si no cuidamos de nuestra salud, esta inversión se pierde cuando la gente abandona o cambia de trabajo como resultado de las múltiples secuelas del estrés o el desgaste. ¿A cuántas compañeras/os conocemos que han abandonado el trabajo? ¿Cuál es el porcentaje de rotación dentro de nuestras organizaciones y cómo eso afecta el trabajo?
3. Evidencia mata escepticismo
La experiencia nos demuestra que si no hacemos un alto para cuidar de nosotras, tarde o temprano enfrentamos las consecuencias: somos menos eficientes en el trabajo, nos vamos haciendo más intolerantes e irritables, las relaciones interpersonales se complican, enfermamos…
Hace falta investigar sólidamente para poder ofrecer evidencia más contundente de las repercusiones de realizar nuestro trabajo, pero por ahora la experiencia ya nos lo demuestra. Nuestro trabajo parte de preocupaciones y compromisos personales por mejorar el mundo, ello ni significa que debamos endosar nuestra salud o nuestra vida a nuestras causas.
Realmente necesitamos investigar sólidamente, con métodos e instrumentos validados. Necesitamos saber cómo afecta nuestra salud el trabajo que realizamos. Otras profesiones tienen un cálculo de esto y sus jubilaciones y prestaciones sociales atienden esas especificidades: bomberos/as, choferes/as del metro, policías. Nos toca hacer lo propio.
No sólo se trata de hacer ejercicio, intentar comer bien o dormir, se trata de entender que nuestro trabajo trae secuelas para nuestra salud que debemos investigar para planear mejor nuestras actividades laborales, para hacer las pausas necesarias y para programar nuestro retiro de forma digna.
¿Qué opinan?
Para mi el autocuidado es una apuesta ética que parte de mi propio quiebre. Me costó años asumirlo y años me ha llevado recuperarme... No abandono el compromiso, pero ya sé que nadie me va a poner una medalla al sacrificio en la frente. Cuidar de mi depende de mi... pero cuidarnos todas dentro de las organizaciones es una acción ética y es política. Lo personal es político acá vuelve a cobrar sentido.
Buenos días, compañeras y compañeros defensoras/es. Realmente me siento contenta por estar con todas ustedes compartiendo con un grupo de mujeres y hombres de muy diversos lugares, pertenencias e historias, que seguramente caminamos hacia un horizonte parecido: buscar el bien común para que nuestros pueblos y comunidades vivan mejor, sin violencia ni modelos depredadores y autoritarios, sin patriarcado ni capitalismo. En esta construcción de un mundo mejor, la labor de las defensoras y defensores resulta fundamental para hacerlo posible.
En 2010 formamos la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, una articulación de organizaciones y personas que conformamos redes en los países y a nivel regional para apoyarnos frente a la violencia y criminalización de que somos objeto, por ser mujeres y por ser defensoras. Nuestro propósito es generar acciones y estrategias de protección integral y solidaridad pues cada vez es más claro que son las redes las que salvan las vidas de las defensoras. Desde el comienzo de la IMD-Defensoras pudimos constatar que un reto importante para aumentar nuestra protección es la deconstrucción de los mandatos de género que vulnerabilizan nuestra labor y hacen más difícil nuestra permanencia en los movimientos sociales.
El trabajo que realizamos las defensoras conlleva muchos riesgos, emergencias y retos en el día a día. Nos enfrentamos a escenarios cargados de múltiples violencias visibles y silenciosas que requieren hacernos conscientes de la necesidad de cuidarnos nosotras/os y entre nosotras/os para no poner en riesgo la permanencia de nuestra labor y nuestro bienestar.
Desde la IMD-Defensoras nos hemos dado cuenta que la falta de autocuidado es una de las vulnerabilidades más comunes en las defensoras que perjudican su estado de salud física y emocional y que pueden aumentar el riesgo o generar mayor inseguridad. Nuestra propuesta de protección integral reconoce que realizamos nuestro trabajo en condiciones adversas, sin prestaciones laborales dignas, con un alto nivel de estrés, con múltiples afectaciones psicosociales derivadas de las políticas represivas del Estado, con mayores niveles de exigencia social, con asignaciones de las tareas domésticas y de cuido así como con limitado reconocimiento de las afectaciones negativas para la integridad, salud y protección.
Desde la IM-D reivindicamos que el autocuidado es un derecho de las defensoras para vivirse plena y satisfactoriamente con su activismo y con su vida cotidiana, que es una herramienta política transgresora que permite la sostenibilidad de nuestros movimientos y también momentos de gozo y satisfacción en nuestras labores de defensa de los derechos humanos.
No ha sido fácil que la estrategia de autocuidado se legitime dentro de la conciencia personal y colectiva de las defensoras, en ese camino estamos, pues es un proceso largo que para asumirlo en primera persona y en colectivo implica trastocar y cuestionar prácticas y costumbres arraigadas de desempoderamiento histórico de las mujeres como sujetas de derechos al gozo, al bienestar, al placer y al poder sobre si mismas, recuperar y re-aprender a escuchar nuestro cuerpo, necesidades, límites y cuidados. Los múltiples roles y cargas sociales y simbolicas saltan a cada momento, y aún así, vamos ganando terreno y abiendo espacios de respiro y libertad.
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Te leo y la computadora me queda chica para poder escribir tan rápido como ideas me vienen a la cabeza.
Me quedo con la idea de la necesidad de convencernos en primera persona de la importancia de cuidarnos, del goce, del pacer, a disfrutar de la vida aun con todo lo que sabemos por el trabajo que realizamos. Es un trabajo de heroínas!!!
Por ahora me resuena la frase de que "Lo personal es político" y sostengo que el cuidar de nosotras no debe ser una tarea en privado y en el tiempo libre. Necesitamos realmente asuimr que nuestro trabajo implica estar en contacto caso permanente con emociones como el miedo, el enojo y la tristeza y eso afecta nuestra calidad de vida. Es en el trabajo (en la planeación, la estrucutura, la distribución de tareas, las condiciones laborales y de jubilación) donde debemos procurar llenarnos también de la alegría y afecto necesarios para contrarrestar los efectos de lo anterior.
Para hacerlo se hace necesario hacer un cambio de chip respecto a la forma en que concebimos el trabajo: bajar el ritmo, soltar, aprender a decir no y delimitar lo que podemos, mejorar las relaciones laborales, en fin....
Por ahí creo que tenemos mucho trabajo pendiente.
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Buenos dias, buenas tardes, buenas noches para todas y todos que se motivan a participar en esta conversación.
Son momentos oportunos para ocuparnos de nosotras, y no sólo de nosotras y nosotros comos defensoras, defensores de derechos humanos, de bienes universales, de la naturaleza, sino de todo lo que compete con lo que significa el cuidado de la vida y los bienes universales como una condición básica de la red de la vida, como lo llaman las mujeres maya de Kaqla, sino de lo que representa el cuidado de sí, el cuidado mutuo.
Si partimos de la interacción existente entre todo, lo visible e invisible, que por cierto la hemos perdido porque somos agentes de una visión y práctica que decimos contrarestar y en la vida cotidiana la reproducimos consciente e inconscientemente: racional,pragmatica, ecónomica, productiva, rentista, que tiene efectos inevitables como el estres, la fatiga, y de la cual ni las organizaciones de mujeres, ni de derechos humanos estamos por fuera.
Apostar por otras maneras de ser, estar,hacer y tener es una decisión, una apuesta política y de vida que nos compromete individual y colectivamente y por eso nos interesa trabajar de la mano el cuidado de la vida y los bienes universales como una condición básica para estar en el mundo y que nos compromete a todos y todas, con el cuidado de sí y el cuidado mutuo.
El cuidado de sí, el cuidado mutuo, el cuidado de la vida y los bienes universales son condiciones para un buen vivir en corresponsabilidad en los diferentes niveles que están implicados en ello. Porque es la vida, una vida sin violencias que nos motiva a hacer lo que hacemos como defensoras y defensores de derechos.
El Fondo de Acción Urgente, nace a partir de la Conferencia de las Mujeres en Beijing, 1995, y cuya razón de ser, son los Apoyos de Respuesta Rápida para las mujeres defensoras en América Latina, Europa del Este, Africa, Asia, desde los años dos mil, se fue encontrando con una realidad que hoy ya no podemos ocultar, aunque algunas defensoras y sus organizaciones se resisten a hacerlo, de lo que ocasiona escuchar, acompañar, defender permanentemente a mujeres víctimas de las diferentes expresiones de violencias, en la salud física,emocional, psiquica y la afectación en las relaciones familiares, amorosas, sexuales, de trabajo.
Esta realidad llevo al UAF de los Estados Unidos a emprender una primera indagación al respecto con mujeres defensoras en Europa del Este, Africa y América Latina que solicitaban Apoyos de Respuesta Rapida para situaciones de salud y de ahí nació el libro que encuentran en nuestra página web: fondoaccionurgente.org.co, ¿Qué sentido tiene la revolución si no podemos bailar?, y que se ha convertido en un punto de partida para estas reflexiones en diferentes lugares del continente y nuestra motivación básica en el FAU para América Latina para continuar en la conversación con las mujeres defensoras y con quienes solicitan los ARRs (Apoyos de Respuesta Rápida) en revisar nuestras prácticas activistas y profundizar en un primer momento sobre todo en lo que se relaciona con las relaciones de poder que se establecen con las otras mujeres y compañeros en las organizaciones y cómo puede ser un factor de vulnerabilidad para garantizar una seguridad y protección integral.
Las relaciones de poder y su incidencia en el activismo, han sido un llamado de atención, en tanto en los relatos de las activistas, hay una tendencia muy alta a la concentración de labores, a la desconfianza, a considerar que nadie hace las cosas como yo lo hago que le imprime un sello de dependencia y protagonismo en causas que no son sólo personales o de figuras, sino de movimientos, organizaciones y colectivas.
Y por esto consideramos que pensar el cuidado de sí, el cuidado mutuo, el cuidado de la vida, no se es un asunto de dinero, ni de tiempo, es una decisión política decisiva si consideramos la protección y la seguridad de manera integral, que pasa porque reconozcamos estas afectaciones como prevenibles si entramos en otra manera de relacionarnos y valorarnos consigo mismas, entre nosotras y con los otros y lo otro. Si reconocemos que nuestro aporte va hasta donde me es posible, que mi labor es una labor dentro de un sistema colectivo y en red y revisamos esta posición salvadora, sacrificada, única, protagónica, presente en muchas prácticas activistas.
Nos forzamos hasta reventar y para terminar traeré las palabras de una de las mujeres activistas que decía en uno de los conversatorios taller de Activismo Sostenible en Mesoamérica, tenemos que estar bien para seguir haciendo lo que hacemos y les dejaré el aparte de un poema del Tao de las Mujeres:
ENRAIZADA
Forjándose demasiado a sí misma, llega
a romper sus conexiones. Permaneciendo
demasiado ocupada, no tiene tiempo.
Haciendo por los demás, se descuida a sí misma
Definiéndose sólo a través de los demás
pierde su propia definición
La mujer sabia riega primero su propio jardín
Gracias por mencionar ese libro! Es uno de mis pilares y creo que debería ser un libro obligado para las/os activistas!
Me sumo a tus reflexiones y me quedo pensando en esta tan arraigada característica del trabajo de muchas: sentir que si no lo hago yo no está bien hecho, que no me puedo desconectar del telefono, estar trabajando hasta las 2 de la mañana... sentirnos pues impresindibles. Yo me veo hace años y veo a muchas compañeras ahora en esa dinámica. Parece que en el trabajo se nos va la vida, como que el trabajo nos define, como que fuera nuestra identidad; y estoy convencida de que hay un riesgo grande en ello. En el fondo me parece que hay un tema fuerte de ego. Creo que aligeraría saber que el mundo seguirá rodando con y sin nosotras, que seguirá habiendo harto por hacer, que no somos impresindibles, que las cosas se harán, seguro diferentes pero se harán... Que el mundo no se cae pues! Hace años escuché de una compañera feminista de Uruguay que teníamos que dejar de mirarnos el ombligo y alzar la mirada y la frase se me quedó grabada. Dejar de mirarnos el ombligo, dejar de creemos el ombligo y miara a las otras, realmente mirarlas y soltar...
A lo anterior le sumo el poco tiempo de ocio y que se junta con tener en nuestro círculo social solo gente que trabaja en temas parecidos, con lo cual incluso el tiempo libre es también trabajo. También me recuerdo a mi misma y recuerdo compañeras que terminabamos la jornada laboral y nos ibamos con otras como nosotras a tomar un café y seguir hablando de cosas de la oficina (interesantes, apacionantes y necesarias, pero trabajo al fin), ir al cine a ver películas de temas relacionados, tener fiestas con más gente como nosotras... Es seguir en la misma dinámica, y ahora creo que nos hace algo endogámicas. Me parece que abrir los espacios a otras voces, incluso contrarías a las nuestras, nos haría mas tolerantes, más abiertas y también más creativas.
Lo dejo acá. Gracias por las palabras finales de tu texto y por el poema!
Queridas todas!
Qué gusto coincidir con ustedes en este espacio virtual -espero que en algún tiempo nuestro encuentro sea presencial-. Coincido plenamente en que el autocuidado pasa por dejar de pensar que "nadie puede hacer las cosas como yo" pero creo que el trabajo y la discusión colectiva seguirá siendo un pilar. Lo comento porque muchas veces he sentido que necesito parar, que ya estoy cansada y entonces veo a "las otras" de mi organización o de otras organizaciones corriendo, corriendo, yendo de acá para allá, atendiendo la urgencia, reafirmándose en el desvelo o en las interminables reuniones y me juzgo pensando que no es posible que ellas corran y que yo a mis treinta (pensando que soy joven) ya estoy cansada. Por una parte, asumo que debo hacerme cargo de mi sentimiento de culpa y de la idea que tengo del querer ser "como ellas" pero también me parece que si no hay una discusión colectiva de las cargas de trabajo y su distribución se pueden generar tensiones o chismorreos entre quienes sienten que hacen más y quienes sienten que hacen menos sobre todo en coyunturas o contextos en los que todo parece que la cosa se pone peor y hay una exigencia dicha o no dicha de atender la demanda del afuera. Aquí veo justo un reto: ¿Cómo equilibrar los ritmos de las distintas personalidades, edades, deseos, etc., de cada compañera? o si no equilibrar ¿cómo abrir espacios para poner en común lo anterior?
A mi me parece que el autocuidado es transgresor no solo por su capacidad de dar espacios de gozo y descanso si no también por su capacidad de cuestionar la explotación -que sin querer- hacemos de nuestros cuerpos ya sea por pasión -personal- o por la necesidad de obtener más financiamientos para que las organizaciones subsistan -porque creemos que nuestro trabajo es necesario y lo amamos-- Aquí miro una reto-tensión ¿Cómo el autocuidado no es solo una serie de actividades de descanso, relajación, divertimento sino que lleva a formas de redistribución de trabajo, confianza, etc. dentro de las organizaciones?
Hace poco leía un libro (Psicopolítica) de Byung Chul Han y decía algo así como que vivimos en una era donde dejamos el paradigma del "debemos" en el que cumplias con un horario o con tu trabajo y te ibas a casa, para entrar al del "podemos" y en ese "podemos" no hay un limite exterior sino el limite nos lo ponemos nosotr@s y todo el sistema está diseñado para que cada persona haga más, se rete y se supere a sí misma, se muestre y muestre al mundo que puede otro poquito. Creo que cada vez entiendo más está idea porque la ejemplifico en muchas ocasiones y me cuestiono y a veces me enojo conmigo misma pero pienso que estoy aprendiendo, que quizá el autocuidado no es un punto al que llegar si no una vereda que con cada paso se va abriendo sin tener precisamente un destino exacto.
Cada vez más siento un zumbidito en mi corazón cuando escucho la idea de que el autocuidado ayuda a sostener los movimientos. Hay algo que no me acaba de acomodar y es quizá que hay muchas prácticas en nuestros movimientos que deberían cambiarse (algunos ejemplos en algunos movimientos: machismo, autoritarismo, ego, autoexplotación, etc) creo que el autocuidado en su dimensión personal, colectiva...política es para transformarnos y para seguir seguir soñando mundos otros -más amorosos, justos, amables- pero no necesariamente con la gente o de la forma en la que lo hacemos ahora. No siempre será necesario sostener, a veces hay que dejar caer para juntar los pedazos del barro que somos con nueva arcilla y reconstruirnos para seguir andando... En el acompañamiento a varias mujeres y organizaciones que hemos realizado he mirado que muchas veces nos desgasta más el intento de sostener que el empezar de nuevo. Nuevas posibilidades de encuentro, creación, imaginación, pasión compartida -si se le quiere llamar movimientos- surgiran porque nada de eso se puede encasillar. Pienso.
En fin, seguimos!
Abrazos!
Buenas noches para todos y todas. La verdad es que es esta una herramienta muy nueva para mi. Pero me gusta asumir retos.
He pasado gran tiempo del dia tratando de entender el funcionamiento de la plataforma.
Logrado un acercamiento a ésta, aprovecho en este primer dia para saludarles y saludar este nuevo escenario de conversacion sobre algo tan vital como es la vida de los defensores y las defensoras, desde una categoría altamente politica como es el autocuidado.
Solo quiero iniciar planteando, desde mi propia experiencia que es necesario que exista en los defensores y defensoras, asi como en sus organizaciones, una apertura mental, social, politica, sicologica que nos permita vernos en el gran espejo que es la vida misma y encontrarnos a nosotros mismos y nosotras mismas como seres iguales a los demas, frágiles, vulnerables, mortales, efímeros que anhelamos cambiar el mundo pero no podemos hacerlo solos, ni cargando a nuestras espaldas con todos los miedos y angustias de la humanidad.
Somos osados y osadas...tenemos que atrevernos a cuidar de nuestras vidas como un gran legado y aporte a la humanidad...seguimos conversando.
Hola a todas las personas!
Nallely
Anoche te leía y me identifico con varias de tus reflexiones y aportes, con los cuales coincido. Me quedé pensando en tu cuestionamiento respecto a la frese y postura de que "el autocuidado es una estrategia para sostener los movimientos". Quiero aportar algunas ideas sobre ello. Las prácticas a las que te refieres dentro de las organizaciones o movimientos, como el machismo y la violencia contra las mujeres defensoras dentro del movimiento social, el autoritarismo, etc son prácticas que justo merman y hacen insostenibles tarde o temprano las iniciativas de lucha o los propios movimientos sociales y las organizaciones. Cuando hablamos de que el autocuidado sea una herramientoa que permita "sostener" a los movimientos pienso que nos referimos a la capacidad colectiva de la permanencia de sus integrantes a partir de modificar patrones que nos lastiman y desgastan, a transformar la percepción del activismo como sacrificio, a no permitir que las defensoras por ejemplo, sigan muriendo de cánceres, que como sabes, ha aumentado su incidencia. Hacer sostenibles los movimientos interpela, desde mi visión, a las personas y su relación con la colectividad, a quienes toman las decisiones dentro y fuera de la organización para generar acuerdos y pactos de pervivencia. Hemos dicho que no queremos más defensoras que se tengan que retirar por reventar pues ello merma su vida y la de su colectividad, y muy por el contrario, el impacto es notorio cuando esa defensora se siente bien y continúa en su labor. Es por allí donde lo veo.
Hola , un placer escucharlas , llevo desde ayer leyendoos y me parecen tan ricas las aportaciones que desde ahí quiero empezar.. Las personas defensoras de derechos humanos no son imprescindibles pero si necesárias , ( diría imprescindibles pero no quiero cargar a nadie con ese peso ) , de ahí la necesidad de crear estratégias que haga este trabajo sostenible . Recojo aquí alguna reflexión de estos años de trabajo en la casa de respiro de Defenred, nuestras y de las personas que han pasado por la casa .
Me ha parecido tan claro la comparación con el mantenimiento de los ordenadores que uno de los puntos de partida de la conciencia de la necesidad de autocuidado me parece el conocimiento de que nuestro cuerpo se desgasta , que no es un mecanismo que se autoregule bajo presión hasta el infinito , y que vivir bajo estrés acelera este desgaste . Esto es un hecho fisiológico que no creo que sea necesaio explicar aquí. Con lo que en primer lugar ;
-El cuerpo es un sistema que necesita cuidados , y esta necesidad aumenta cuando el sistema está sometido a estrés contínuo .
-En segundo lugar , la alerta, la urgencia y la implicación emocional de este tipo de trabajo aumenta el nivel de estrés y pone al final de la lista de prioridades el descanso , alimentación y cuidados . Es difícil asumir que la alerta que se vive no acabará y después vendrá el tiempo de descanso y recuperación. El descanso y autocuidado es algo a procurarse en medio de esta vorágine , y a veces es difícil , puede llegar a ser un esfuerzo , esto lo cuento porque la satisfacción no es inmediata cuando se tienen que apartar de un caso grave o de un conflcto activo . Alguna hablaba de ego , y lo entiendo como autocrítica que me puedo aplicar , esto de sentirnos imprescindibles .. pero en algunas personas he visto algo tan tierno , tan de sentirse uno con su patria, con su causa , con su gente , de saber que es posible que lo que hace no lo haga nadie , que me resulta casi difícil entenderlo desde occidente , pero un placer escucharlo .
Por otro lado , lo que os escucho me suena a que el autocuidado es también una revisión del concepto de cuidados , es tiempo de cuidar , decía Luz , y el cuidado de lo que nos rodea es una necesidad auténtica muy humana que tenemos que fomentar . Es a revisar desde dónde lo hacemos pues tenemos integrado este lugar conocido del sacrifio , de que sólo empiezan a ser válidos mis cuidados cuando doy algo de mi , cuando renuncio a lo propio, y desde ahí comienza una rueda pervrsa de malos cuidados , cuando yo enferme de cuidar , alguien tendrá que venir y cuidar de mi .. escucharos que esta misma rueda puede ser invertida , y desde mi gozo puedo cuidar , hacer red ser solidaria , y parece que poco cambia pero cambia todo .. siento calor en el cuerpo y mi cuello se relaja ..
Holas a todas: Orfe, Víctor, Susana, Ana María, Nallely, Juglarina (Adriana María), Ana y Sara
Hoy en el Día Internacional de las Defensoras de Derechos es un gusto continuar esta conversación, son muchas ideas, con unas ganas profundas de quedarme en cada renglón que me provoca la presentación de cada una de ustedes. Voy a intentar poner en orden algunas ideas que me suscitan sus intervenciones sin la pretension de abarcar, sólo de ir puntiando algunas cosas.
1. Es un momento de humanidad que requiere de mucha consciencia y apertura para escuchar, conversar, proponer otras alternativas a las que hemos conocido y hecho tradicionalmente, y en el activismo creo que hay un sobrediagnóstico de lo que viene sucediendo y cómo dice y empieza su relato Susana, empieza por mí, y Nallely acentúa con que no se puede quedar en privado y personal y tiene que saltar a lo organizativo, colectivo societal.
2. Y esa necesidad tan sentida que las activistas y quienes nos movemos en estos ámbitos de tener que poner apellido a todo y efectivamente el cuidado en sus múltiples manifestaciones, manteniendo la línea crítica desde donde se ha utilizado para la sobreexplotación de las mujeres, es una condicion, una posicion ética, política porque la transformación social, no se da sólo en los macro escenarios, partimos y lo hacemos desde la vida cotidiana, que ha sido vilipendiada y colocado en lo insignificante y nosotras mismas nos lo hemos creído: "y tu papá que hace, trabaja y tu mamá, pues nada, se queda en casa". En conversaciones tan sencillas y cotidianas como estas nosotras mismas estamos poniendo un lugar, un valor a lo que hacemos y es tan importante gobernar el mundo, como conversar, tejer, cultivar, hacer casas, limpiar, cocinar. Nos hemos acostumbrado a separar todo y a valorarlo de acuerdo a la renta y la estructura del capital y ahí hemos caido, es la trampa que el poder y el deseo del poder nos ha puesto. La meta es es estar en los lugares de poder, pues si, rico quienes lo quieran hacer y las demás y los demás también son importantes en lo que hacen y saben hacer bien.
3. La pregunta es ¿por qué quienes nos movemos en estos ambientes estamos permanentemente separando y valorando unas cosas y subvalorando otras y desde allí, algunas defensoras se erigen como el modelo, como el ideal?. Reconozco que hay personas que también disfrutan muchísiimo trabajando bajo estres, y esto vale, lo que se vuelve una tiranía es que dicho comportamiento se convierta en la medida y ahí viene la culpa, el señalamiento, el juzgamiento y de ahí que entienda la pregunta que hace Nallely cuando hablamos de sostener el movimiento, la organización, la familia, la relaicón de pareja, el trabajo, ¿a qué costo? y me recuerda una activista que estuvo por cinco años en una linea de atención de aborto seguro y nunca descansó y se produjo una hepatitis y sólo la enfermedad la llevó a interrogar su actitud y entre las cosas que decía era: "me da miedo decir que tengo que hacer una pausa, que tengo que descansar, porque se puede desarticular la organización"- No necesitamos tiranos, tiranas de afuera, nosotras mismas lo somos con nosotras y efectivamente, también está en juego el protagonismo, la importancia personal, porque han sido conquistas a pulso y con grandes implicaciones, y eso no nos da el derecho de controlar todo el tiempo, de desconfiar de quienes apenas llegan y de que se renueven las organizaciones, los movimientos y se trataría de que en una comunicación intergeneracional amorosa y cuidada podamos hacer explicito nuestro legado y las otras recibir, sin pretensiones, ni calificaciones, ni expectativas.
Todo tiene su propio movimiento y como tal es dejar que se exprese, que puede ser incluso el dejar caer y rehacer. Son oportunidades. Es mucho cansancio el estar sosteniendo, más si se siente como una responsabilidad individual y los colectivos se van haciendo, se van construyendo, no se dan per se, sobre todo en relaciones de dependencia en una reproducción de la posición de hijas y madres que vivimos al interior de las organizaciones.
4. Lo decía tal vez, Ana María y creo que Susana tmabién, esto requiere un cambio de chip, un cambio de mentalidad, de estilo de vida, por eso yo no creo que se resuelve con actividades, que aunque son necesarias, y pueden ser una entrada, no sólo se resuelve por ahí. Se trata de ganar una posición frente a la vida, al gozo con todo lo que se hace o incluso que no siempre hay que hacer, también es dejar de hacer, se que puede sonar un poco extraño. En la Medicina Tradicional China, se conoce como Wu Wei "hacer no haciendo"- Estamos muy acostumbradas a intervenir y muchas veces hay que dejar pasar y esperar, no siempre hay que estar en la primera fila reaccionando, a veces hay que resguardarse. Cada cosa tiene su tiempo y cada una sabrá de que les estoy hablando cuando se miran así mismas jovenes y adultas, porque hay cosas que pasan en el momento y lugar, eso siempre descoloca un poco. Por esto siempre será necesario estar atentas, alertas a la observancia de los propios pensamientos, actos, que nos permita ser correponsables de lo que sucede y no sólo verlo afuera, porque también nos habita y la pregunta es que hacemos con esto, sobre todo con las múltiples opresiones que nos cruzan la vida y que se funden con los dolores y las indignaciones que vienen por acciones de afuera o de otros y otras.
5. De ahí la importancia de tener espacios para conversar, para preguntarle a los compañeros, compañeras, cómo están, como se sienten, que se podría hacer juntos y juntas en casos específicos y dejar de compartimentar la vida, porque lo que el feminismo nos ha enseñado de como articular la vida personal privada y pública, somos una con dinámicas que se expresan en unos y otros y tan importante manifestar el malestar, como dar las gracias, como ofrendar el estar juntas para seguir haciendo lo que hacemos.
Voya dejarlas por aquí, chaos
Compañeras, las leo y me miro, me miro y esto me obliga a pensar o más bien, repensar mis prácticas desde los diferentes roles que ocupo en mi vida. .
Se fue incompleto el comentario, ahora no se dónde se fue el otro....
Queridas todas he leido las ideas principales de este debate y quisiera aportar una mirada un poco más critica:
1. Me parece que hay varios elementos que el activismo debe cuestionarse de su propia manera de actuar en relación a las y los demás. Hay una resistencia muy grande todavía -aunque cada vez más-, hay pequeñas aperturas para empezar a trabajar sobre el autocuidado, pero en el fondo de la visión que prevalece en las organizaciones de derecho humanos, es que se "defiende a otras personas" de las desigualdades, las violencias, etc. Como si las personas no pudiera auto responsabilizarse de si mismas. Sabemos que no es facil pero les quisiera compartir que desde mi punto de vista, en esa visión subyacen viejos conceptos acerca de la responsabilidad inidividual y colectiva que también requieren ser transformados en la base misma del activismo.
Esto lo considero una premisa para que se puede entender mejor el porqué de las resistencias de dentro de las organizaciones y las visiones de cuidarse a si mismas/os.Por eso la idea de ser defensoras debería empezar a cuestionarse, porque la defensa de l@s demas ha entrado en contradicción con la visión de autocuidarse casi como antagónicos.
2. Mas que autocuidado yo propongo que se reflexione sobre tratar los patrones culturales que a las propias defensoras no les permiten autucuidarse más, me parece que las reflexiones deben interpelarnos verdaderamente y llevarnos a hacer procesos de ampliacion de la concienca de las organizaciones y en ese sentido me parece que eso puede contribuir de nuevas manera a sostener a los movimientos sociales.
Queridas todas he leido las ideas principales de este debate y quisiera aportar una mirada un poco más critica:
1. Me parece que hay varios elementos que el activismo debe cuestionarse de su propia manera de actuar en relación a las y los demás. Hay una resistencia muy grande todavía -aunque cada vez más-, hay pequeñas aperturas para empezar a trabajar sobre el autocuidado, pero en el fondo de la visión que prevalece en las organizaciones de derecho humanos, es que se "defiende a otras personas" de las desigualdades, las violencias, etc. Como si las personas no pudiera auto responsabilizarse de si mismas. Sabemos que no es facil pero les quisiera compartir que desde mi punto de vista, en esa visión subyacen viejos conceptos acerca de la responsabilidad inidividual y colectiva que también requieren ser transformados en la base misma del activismo.
Esto lo considero una premisa para que se puede entender mejor el porqué de las resistencias de dentro de las organizaciones y las visiones de cuidarse a si mismas/os.Por eso la idea de ser defensoras debería empezar a cuestionarse, porque la defensa de l@s demas ha entrado en contradicción con la visión de autocuidarse casi como antagónicos.
2. Mas que autocuidado yo propongo que se reflexione sobre tratar los patrones culturales que a las propias defensoras no les permiten autucuidarse más, me parece que las reflexiones deben interpelarnos verdaderamente y llevarnos a hacer procesos de ampliacion de la concienca de las organizaciones y en ese sentido me parece que eso puede contribuir de nuevas manera a sostener a los movimientos sociales.
Queridas compañeras, saludos desde Panamá. Que gusto leerlas y encontrarnos al menos por esta vía :) Un abrazo cibernético para todas.
Me encantó la frase de Susana: "no sabía por dónde empezar y empecé por mi"... Sin duda, el autocuidado, depende de un nivel de conciencia de una misma, y a la vez, hay una riqueza y una potenciación de los procesos, cuando hacemos toma de conciencia, reflexiones y practicas de autocuidado colectivamente. Recuerdo que como activista feminista, empecé a buscar fuera del movimiento de mujeres, espacios para cuidarme y para aprender técnicas y prácticas para mi crecimiento personal y autocuidado y por años lo viví como escindida. Si quería tener espacios colectivos de cuidado, debía juntarme con otra gente, ajenas a nuestras causas... Hasta que empecé a crear oportunidades y cursos o talleres con diversas prácticas de autocuidado especiales para amigas y compañeras del movimiento, y así poder hacerlo con personas con las que compartía la visión y compromiso social.
Un tema que me asalta, es la necesidad de trascender el concepto de autocuidado (que entre líneas se lee y se entiende como prácticas de cuidado para prevenir malestares, liberar el estrés y mantener la salud y el bienestar), sin embargo, me gustaría incluir también, lo que en mi experiencia vital nombro como la necesidad de sanar y de sanarnos.
Me identifico mucho con lo que plantea Nallely sobre ser joven y no querer correr de un lado a otro, como lo hacen las demás. Me resuenan las palabras tan citadas de Bertold Brecht "...hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles". No quiero pedirle a ninguna compañera que sea imprescindible. Me resuenan también las palabras de aquella joven activista brasilera feminista y negra, cineasta de menos de 25 años, que al ser preguntada, como todas las del panel, en el Foro de AWID, sobre qué hacía para cuidarse, contestó con tal transparencia y profunda honestidad, que a ella siempre le enseñaron que tenía que luchar, que aprendió a luchar y a tragarse las lágrimas, nunca le dijeron que debía cuidarse... Y creo que justamente ese es el modelo que hemos aprendido y enseñado. Al fallecer este año, algunas de nuestras líderes feministas latinoamericanas, enfermas de tanto trabajo y de tanta discriminación y violencia que quisieron transformar, casi todos los comunicados homenajeaban a "la INCANSABLE" luchadora. Y es que ese sigue siendo un valor.
Me encantaría decirle a Nalleli y a todas, que no les deseamos que sean "imprescindibles", ni "incansables luchadoras", que no hay que "morir con las botas puestas". Me encantaría poder decirle que ser activista y constructora de la igualdad, no puede ser el motivo para estar estresadas, exhaustas o enfermas. El acto amoroso de construir la libertad, la igualdad, puede ser también un acto de felicidad y libertad personal, aun en medio del dolor, la impotencia, el femicidio y las injusticias.
Yo también me cansé (a los 40) pero no me cansé del activismo, me cansé de las peleas, de los desencuentros, de las peleas por cualquier elemento de poder y del mal manejo de las emociones y de los conflictos, no sólo de las otras, sino también de mi misma.
Después de 20 años en organizaciones considero que la mayoría de las rupturas, no se deben a diferencias en las estrategias, conceptos o metodología, sino a los desencuentros personales. A la poca capacidad que hemos tenido de gestionar nuestras emociones y transformar de manera sana los conflictos. Por eso, para mi, no es sólo cuidarse, sino también reconocer que necesitamos sanar tantas heridas, producto de la discriminación y de la violencia. Hemos crecido en sociedades patriarcales y familias herederas de la guerra, las migraciones, la exclavitud y de la pobreza. Claro que tenemos heridas y necesitamos reconocerlas y sanarlas individual y colectivamente, si queremos construir organizaciones y formas de activismo que se parezcan más a lo que soñamos para todas y todos.
Decía Marta Cabrera, del Centro Valdivieso en Nicaragua: “En las organizaciones se quiere “cambiar el mundo”, pero al interior de las organizaciones no cambia nada y se reproduce un modelo superado y un estilo de liderazgo que impide cambiar cualquier cosa”.
Decía Hope Chigudu, que necesitamos "organizaciones con alma". http://airforafrica.org/2015/09/01/building-organisations-with-souls-a-n...
Marcela Lagarde, en Claves Feministas para liderazgos entrañables, hablaba sobre los modelos de liderazgos basados en el martirologio, y nos plantaba que una condición importante de los liderazgos para la vida, es que toda mujer lideresa o activista, mejore su salud y bienestar personal. No podemos construir la libertad y la igualdad, si en el camino, las constructoras se enferman producto de la causa.
Este diálogo virtual es una excelente oportunidad para seguir encontrándonos y dialogando. GRACIAS a todas :) Seguimos ;)
Leía a Nallely y pensaba en lo identificada que estaba sobre cómo sentirme cansada con tan pocos años en el movimiento, te leo y otra vez me lo planteo y veo pués cómo no sólo se trata de un asunto de edad. Yo pensaba que a las feministas de la nueva ola solo las cansaban con criptonita y que yo era de una generación diferente y me cansaba con mucho menos...
Me sumo a tus palabras, me resuenan un montón. Me acuerdo diciendo hace años que me quería ir lejos de México y quería poner una florería o sembrar papas y no saber nada que tuviera que ver con el feminismo.
Me fuí a España y luego a Escocia (donde vivo ahora) y sigo limpiando heridas, reflexionando, pensando en aquellas cosas por las cuales necesite alejarme y necesité tiempo.
Ahora desde un lugar diferente volteo la mirada otra vez, pero veo que quiero poder trabajar y reir, disfrutar, bailar y confiar en el mundo mejor que quiero construir junto con otras empieza con nosotras, con cada una consigo misma y luego con las de a lado. No me hace sentido querer cambiar el mundo si no soy capaz de estar mejor con quienes están sentadas al lado...
Seguimos pues....
A la luz de lo que vienen escribiendo todas compañeras, nos leo y me sigue resonando la frase: Lo personal es político!
El cuidado de nuestra salud es un requisito para el sostenimiento de lo que hacemos. Ya hemos planteado que no debe ser un lujo, que sale más caro no hacerlo y que es una responsabilidad institucional.
Nuestra salud es responsabilidad personal en primera instancia, pero si el trabajo la deteriora entonces es un tema estructural dentro de las organizaciones y del cual (como también se ha dicho ya) necesitamos hacer parte a los/as donantes.
El feminismo ha deconstruido un montón de supuestos y creo que ahora estamos en proceso de deconstrucción de uno/s más respecto al cómo nos relacionamos al interior de las organizaciones, cómo planificamos y priorizamos el trabajo y, de hecho, cómo concebimos el trabajo mismo.
Me importa poner sobre la mesa algunos puntos que me vienen preocupando hace algunos años, espero poder plantearlo de la mejor manera porque para mi misma no es sencillo.
Mientras las leía pensaba en esa frase de que las instituciones terminan reproduciendo aquello que albergan y me acuerdo de hartas historias de mujeres al interior de organizaciones feministas o de derechos humanos reproduciendo relaciones de desigualdad, exploración, discriminación, violencia, exclusión… Me recuerdo a mí misma siendo intolerante, controladora y a saber qué otras cosas de las que no soy consciente.
Me parece pues necesario desnaturalizar y deconstruir supuestos respecto al trabajo y cómo lo realizamos que aunque parezca obvio, reproducimos mucho:
Regreso a la pregunta de base y lo creo firmemente. El autocuidado debe ser una estrategia política dentro de las organizaciones porque el trabajo mismo afecta la salud de las y los profesionales. Debe ser una estrategia política porque la forma que afecta a cada quien tiene que ver con asuntos estructurales de desigualdad que las organizaciones de derechos humanos o feministas deberíamos éticamente estar al tanto, sino es que hacernos cargo de ellas. El autocuidado debe ser una estrategia política porque implica una reformulación de la idea de trabajo, una deconstrucción del ideal de sacrificio, explotación, jerarquía, uso de poder, dominación y control.
Lo dejo acá por ahora.
Gracias a todas por sus reflexiones y nos seguimos leyendo.
Queridas todas!!
Me siento abrazada por ustedes. Gracias por sus palabras, por sus ecos, por su experiencia, por su dolor, por su resiliencia, por su risa, por lo que cada una es y comparte.
Quiero mostrarles una estrategia de autocuidado que me he permitido recuperar este año. Yo no le llamo pintar. Le llamo aventar pintura (ver imágenes adjuntas). Creo que las preguntas lanzadas en este debate son como un bastidor en el que vamos tirando colores varios, sin querer armar un retrato de lo que es el autocuidado si no que estamos ante un abstracto: formas y figuras varias que le dan riqueza a la imagen que cada una ve desde donde esta parada, sin intentar delimitar nada, permitiendo el fluir de lo que nos ha ido haciendo a cada una la vida. Sin querer representar solo lo "bello" sino también "lo oscuro" de nuestro quehacer. Quizá por eso me atrevo a mostrar-me en esas imágenes.
Confieso que mi estrategia de autocuidado es reivindicar la ignorancia pues el mundo de los medios desarrolla muy bien la pedagogía de la crueldad-como llama Rita Segato a ese bombardeo de escenas de violencia y catastrofe- o más bien yo soy una buena aprendiz. Me dí cuenta que en lugar de generarme rabia todo lo que leía me paralizaba y pensaba que si yo fuera un carro me faltaba el acelerador que generaba en otras compañeras el sentir que tenían que hacer algo. Yo encontré que me gusta el vacio de esas noticias en mi cabeza, sé que no quepo en muchas pláticas, sé que aunque no lea esas notas las cosas siguen pasando pero también sé que la apuesta por la ignorancia me lleva a crear desde la locura, reivindico el no saber que genera el vacio para aprender y crear desde otro lugar que como dice Yolanda Aguilar no sé si es precisamente la "defensa" pero si me ayuda a seguir andando. Ha sido bueno aceptar que tengo miedo.
Abrazos!
Hola a todas y todos. Me gusta mucho que existan estos espacios para reflexionar, compartir y cuestionarnos. Gracias.
Cuando se habla del autocuidado como estrategia política, me viene una reflexión más desde mi propia formación como psicoterapeuta. Una forma de mirar el cuidado es como el opuesto a la violencia. La violencia, desde mi visión, tiene muchas raíces, y una de ellas es la desconexión con la persona a la que violentamos así como una desconexión con lo mejor de nosotras/os. Me desconecto de mi parte amorosa, de mi capacidad de empatizar con las necesidades y el dolor de la otra persona. Si no fuera así, no sería capaz de violentar a otra persona. Pensémoslo en nosotras/os mismas/os. Como es que a veces somos capaces de violentar a nuestros/as seres queridos/as? Que sucede en ese momento? Hay una desconexión. Entonces, cuando me descuido a mí mismo/a, es también porque me desconecto de ciertas necesidades propias, las dejo a un lado para atender a otras personas, y a veces también para atender mi necesidad de sentirme valiosa/o ayudando a otras. No es entonces una forma de violentarnos, de infringirnos dolor. Es como si una parte nuestra dijera: “quiero descansar este fin de semana”, y la otra parte dijera: “no me importa lo que tú quieres, yo quiero terminar este proyecto o este reporte o realizar tal actividad, te tienes que aguantar”. Suena un poco violento, no? Entonces, si estamos a favor de los derechos humanos y luchamos contra la violencia, lo políticamente correcto sería ser coherentes, es decir, dejar de violentarnos al descuidarnos. Sé que estamos hablando de diferentes niveles de descuido, o de violencia, pero las raíces son las mismas: creencias, desconexión, condicionamientos. Es decir, para lograr un verdadero cuidado de los derechos de todas y todos, necesitamos una transformación desde las raíces, y eso nos incluye a nosotros/as mismos/as. Por eso creo que el autocuidado es un modelaje de lo que queremos ver allá afuera, y en ese sentido es un acto político.
Me encanta tu estrategia Nallely, gracias por compartir.
Saludos!
Holas a todas, que rico encontrarte Alibel en esta conversación.
Empezaré por la última frase que pone Nallely: "Es bueno aceptar que tengo miedo", que no soy invencible, que me da ira, que tengo profunda indignación. La aceptación me pone frente al límite, al reconocimiento de lo posible.
Frente al comentario que hace Yolanda que comparto humanamente y como posición que tendríamos que asumir de acompañarnos, más no reemplazar a cada sujeto en su lugar de ser sujeto de derechos. La defensa se convirtió en un esquema del mundo de los derechos humanos que hoy está anclado también a las dinámicas económicas de la cooperación internacional y de la cual muchos y muchas tienen su sustento.
Hay efectos diferenciados y seguramente lo más sano sería hacer cambios radicales, sólo que esos cambios están en contextos personales, económicos, socioculturales, concretos y que me parece requiere de una reflexión más a profundidad. Porque también muchos y muchas se erigen en activistas, defensoras, defensores tanto porque les ha pasado a ellas,ellos, porque no quiere que le vuelva a pasar a nadie más y porque por ahí consideran que pueden llevar a cabo su gran acto de indignación y respuesta frente a la vivencia.
Acaso podríamos decir que las afectaciones son diferentes en hombres y mujeres defensoras? Y para el caso de las mujeres, sin riesgo a equivocarme diría que sí, así queramos mostrarnos tan endurecidas, fuertes como los varones, porque esa es la exigencia del mundo, hay que ser como los hombres para lograr ascender y mantenerse en los lugares de poder, en las areas que sean y esto finalmente tiene implicaciones psicoafectivas y físicas particulares. Es posible que existan las excepciones, más no tenemos tampoco un estudio comparativo que nos permita comprender un poco más esta realidad y desde ahí también tomar medidas.
Hoy ya los relatores, relatoras y documentos de Derechos Humanos, hablan de la Seguridad Holística como una manera de contemplar todos estos aspectos de los que hemos venido conversando, sólo que hay una brecha entre lo escrito en los documentos y la realidad. Ha sido el trabajo de algunos fondos de mujeres, de algunas organizaciones, de algunas defensoras feministas que han puesto estas realidades en la escena internacional de derechos humanos humanos y hoy se habla de ello en los documentos. Ya esa es una oportunidad, a contemplar lo que parece obvio: salud física, psiquica, emocional, seguridad social, recursos economicos, afrontamiento de situaciones de violencias en quienes acompañan a otras.
Es también importante y aquí entraré en retos que es otro grupo de conversación, que en las organizaciones que acompañan se revise como se están potenciado los liderazgos personalizados, las figuras, porque efectivamente es más economico entrenar a una que va a todos los lugares que entrenar a varias para que amplien la democracia, el poder al interior de las organizaciones. Igualmente que se han realizado los procesos de empoderamieto de lideresas que no se han ocupado de sus heridas y dolores y esto también genera liderazgos agresivos, dolidos, con discursos que posiblmente estamos todas acostumbradas a oir y queremos oir, más no se han hecho modificaciones en la posición frente a sus propias opresiones y con las otras.
Son necesarios los procesos de elaboración, de revisión interior, de reconocimiento de las opresiones internas, sobre todo en las mujeres, porque las llevamos con nostras todo el tiempo en todos los escenarios, no puedo hablar de los hombres, porque en ellos creo que la dimensión de la opresión y el cuerpo se vive de otras maneras.
Es necesario conversar como operan las afectaciones y las vulnerabilidades en el cuerpo, cuando en las activistas, las defensoras, el cuerpo ha sido históricamente objeto de violencias, violaciones y esto aumenta el grado de estrés para llevar a cabo la labor o verse expuesta ya sea por ser mujer, o trans, u otra expresión de diversidad que estamos expuestas permanentemente y ahora el aumento del bullying cibernético por las redes sociales y que aumenta los riesgos y las afectaciones en ese territorio cuerpo.
Es necesario tener espacios para ocuparnos y preguntarnos cómo estamos, que pasa con lo que hacemos y qué es de lo que cada quien se tendría que ocupar y que es a nivel colectivo, organizativo, que no se agota, por cierto en un protocolo de seguridad. Reconocemos que la causa, la motivación está anclado a un un movimiento, a un grupo y no puede recaer en una sola persona y esa sola persona tendría que evitar que esto suceda.
El cuerpo como primer territorio, enunciación que también aprendí del feminismo y que nos enseñó que todo nos pasa por el cuerpo. Hoy hago extensiva a ustedes una pregunta, que hacía una mujer activista: si tanto hablamos, cuidamos, defendemos el territorio tierra, porque nos cuesta tanto cuidar de nuestro primer territorio cuerpo? ¿Dónde radican las principales dificultaldes para hacer esto cómo parte de la vida misma? y porque podríamos terminar haciendo eco de la expresión de una activista cuando dice fuera de todo lo que tengo que hacer, del trabajo que tengo, ahora tengo que pensar y cuidar de mí o de otra como cuidar de mí,ocuparme de mí, cuando todo afuera está como está.
Precisamente, por eso, porque hay que estar bien para hacer lo hacemos.
Chaos
Enfrentamos ya los dos últimos días de conversación y nos parece oportuno desde la moderación rescatar algunas cuestiones que se han ido planteando aquí, para encarar este tramo final del Diálogo con energías.
En este tema nos hemos preguntado si el autocuidado debería ser parte principal de la estrategia de los equipos, organizaciones y de las personas defensoras de derechos humanos y por qué.
Ustedes han hablado bastante de cómo el trabajo de las defensoras afecta la salud, emociones, la familia y el trabajo mismo de las defensoras. Esta afectación, han insistido, debe formar parte del análisis sobre nuestro quehacer como organizaciones y de las condiciones en las que lo realizamos.
Algunos temas que han señalado y en los que podemos profundizar en estos dos días que nos quedan, pueden ser:
Las animamos a continuar la reflexión y la discusión sobre éstos y otros elementos que nos permitan clarificar y construir procesos de autocuidado como parte de nuestras estrategias de cambio social; y les mandamos un abrazo.
Muchas gracias a la vida ( y a Adriana DIosa) por hacernos coincidir. Hace unos dias, en medio del recrudecimiento de amenazas y asesinatos de defensores y defensoras en Colombia, escuchaba a tres de ellos, campesinos, colocando como una necesidad inmediata y prioritaria el acompañamiento psicosocial y atender " el trauma". Lo vinculaba con lo que hemos intercambiado y me cuestionaba si no estamos pensando mucho en los defensores y defensoras de las urbes y no, como en aquellas y aquellos que han ido ubicando, la necesidad de una apuesta clara por la exigencia de estos, alla en la vereda a horas y horas de camino, en medio del aislamiento. Puede ser una necesidad entonces que el autocuidado pueda ser asumido desde un enfoque de dialogo cultural, donde emerjan nuevas maneras de cuidado. Desde la experiencia lo que resulta útil para unas personas, puede ser ajeno e distante para otras. Por ello, durante los espacios que facilitamos, dejamos abierta la posibilidad de construir y debatir maneras de pensarse en autocuidado, asi como puede ser el asumir que la mejor manera de cuidarse es apoyarse en la propia conviccion politica de la proteccion de la propia vida.
Holas olas
Empieza esta noche por dar gracias a la vida como lo hago cada dia que me despierto por el simple hecho de poder abrir los ojos a un nuevo dia.
Este conversatorio es una bella y valiosa experiencia que estoy disfrutando al maximo. Estas semana han coincidido cosas muy raras, duras en mi vida a la par que avanza esta interesante reflexion: Mas de setenta muertos en un accidentes aereo, la muerte de la madre de mi mejor amiga, la alegria por un nuevo sueño y proyecto que emprendo, un cirugia cabaldando en mi futuro inmediato, los multiples asesinatos de defensores de derechos humanos sucedidos en el marco de la concrecion de un acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla mas antigua de america, la llegada de la navidad...
Y pienso como mujer, como sociologa, activista, defensora de derechos humanos ¿Es posible desligar el ser politico de otros aspectos de la vida de las personas? Que cosas hacen entonces parte de la dimension politica de los seres humanos?.
Cuando analizo aspectos relacionado con el cuidado de las personas desde una dimension integral observo cosas que pasan en las empresas capitalistas, mercantilistas o del sector industrias etc...que en los ultimos años se han visto abocadas , generalmente por exigencia de los trabajadores y las trabajadoras organizad@s, a crear departamentos de desarrollo humano, de bienestar social, ha crear estrategias como las pausas activas, a contratar profesionales de areas sociales y de la salud que diseñen programas que estimulen el bienestar de los trabajadores y las trabajadoras.Entonces pienso ¿como hacemos en las organizaciones nuestras, en las que mas allá del mundo del trabajo, las acciones, relaciones, planes y programas se tejen desde perspectivas de voluntariado, solidaridad, membresias entre otras, para diseñar estralegias que favorezcan a cada individuo en relacion con su entorno colectivo ´para generar ambientes de trabajo regidos por practicas diferentes?
Como introducir dentro de la categoria politica de autocuidado autoproteccion la practica de "Escuchar el cuerpo " como lo plantea Ana Maria? Y viene a mi memoria una experiencia personal que quiero compartirles: Hace 10 años pasé por la traumatica experiencia de un cancer en mi boca. Como hecho "simbolico", me fue diagnosticado despues del fuerte imapcto ocasionado por una amenaza. Un dia algunas amigas de organizaciones sociales y de derechos humanos armaron un evento en Bogotá para conmemorar algo importante e invitaron a Arlequin y los Juglares ( grupo teatral al que pertenezco) a hacer la parte artistica. Cuando hablé con mi medico para pedir su concentimiento ya que estaba en pleno tratamiento de radioterapia el me dijo "Adriana escuche su cuerpo" yo fui desde Medellin en avion a Bogotá, hice con un gran esfuerzo y debilidad la presentacion, fui al dia siguiente a una importante concentracion en la plaza de Bolivar...y a las hora de estar allí tuve que tomar de urgencia un avion para Medellin y llegar directamente al hospital donde el medico me recibió y me dijo: Estas sorda ante los gritos de tu cuerpo.
Es claro que en la dimension politica como lo plantea Susana entra todo lo que hemos sido dadas y dados a llamar personal como pretexto para que sigan sucediendo en las cuatro paredes de un hogar sin que se colevicticen los dolores , las angustias, los miedos, las necesidades,..
El teatro me ha permitido a mi y muchas personas que me rodean conocer nuestras capacidades, potencias habilidades, descubrir talentos, re-reconocernos y establecer los que Ana Maria Hernan nombra como "Límites, Necesidades y cuidados"
Leyendo y releyendo sus importantes aportes e intervenciones me nacen varias inquietudes y valiosos aprendizajes:
A Susana quisiera preguntarle: ¿Puede un trabajo producir placer a una persona?
A Luz Estella: Como garantizar practicas de autocuidado aún en estos sistemas capitalistas mediados por el consumo? Y me fascina tu reflexion en torno al cuidado de la vida y los bienes universales.
A partir de sus aportes pensaba que es urgente hoy mas que nunca construir unas relaciones verdaderamente amorosas con el compañero o la compañera con la persona afin...pero tambien, en muchos casos, con el diferentes; relaciones que aporten a mi paz interior y exterior. Relaciones que contribuyan a mi salud mental y la de los demas, relaciones en las mi autocuidado sea un factor de bienestar para mi y para los y las demas.
Creo, a partir de mi paso por la casa del respiro, que de manera conciente o inconciente hay un cierto ego en defensores y defensoras, lideres y lideresas que les impide delegar a tiempo y sobre todo que les hace sentirse autosuficientes. Leyendo a Nallely tambien traia a mi memoria una epoca en la que se luchaba pensando en que muertos o muertas podiamos llenar de heroes y heroinas el mundo, una epoca en la que la vida no valia nada si no era para defender, luchar o morir...Afectando enormemente "La sostenibilidad de los movimientos por que una sociedad necesitas personas aliviadas, vivas, felices, para poder hacer verdaderas revoluciones.
Gracias a todxs, que rico leerles. Gracias Luz Stella, y a Orfe y Víctor por el resumen.
Sí, creo que todxs lxs que hemos estado dialogando consideramos necesario el autocuidado como estrategia política. Considero que el cuidado, el autocuidado y la superación o sanación de los traumas específicos de nuestro quehacer debería ser parte de nuestra estrategia.Las personas son el principal recurso y riqueza de las organizaciones y de nuestros movimientos. Nuestro trabajo es a favor de la vida, de los derechos humanos y no debería realizarse a costa o en detrimiento de la salud de las personas. Por lo tanto, nos toca revisar los modelos de "activismo" (como defensorxs, líderes o lideresas, promotorxs o como les nombremos.)
Hace poco reflexionaba con unas compañeras, cómo cada proyecto o emprendimiento que realizamos, debería tener dentro de la planificación, una línea sobre cómo manejar y transformar los conflictos, antes de que surjan, pues conflictos siempre van a darse. Vemos muchos procesos que al parecer tienen todo para lograr sus metas, pero la consecución de éstas se ve amenazada por los desencuentros entre las personas. Entre defensorxs no es diferente, dentro de la formación de los equipos debe haber, en forma estructural, un espacio para la educación emocional, la transformación de los conflictos y la prevención del llamado "burn out" y el trauma secundario.
Necesitamos que desde la propia organización hayan límites sanos. Lamentablemente, aun si trabajamos eficientemente 40, 50 ó 60 horas a la semana, nunca será suficiente para salvarle la vida o para defender los derechxs de todxs. Aunque podemos sentir o percibir que de nuestro que hacer depende la vida y la integridad de las personas, también tenemos que saber que no tenemos la capacidad de arreglarlo, de resolverlo todo. Una cosa es la motivación de cada defensor o defensora y la subjetividad de cada persona, y otra, que la organización como tal, acuerde límites claros sobre las horas de trabajo, el tiempo para cuidarse y fortalecerse internamente. Cuando elaboramos proyectos, estas suelen ser las líneas que primero se recortan al tener que reducir presupuesto. Hoy me pregunto, si la gente que conforma el equipo, no debería estar también consideradxs como parte de los beneficiarixs? En tanto la condición de vulnerabilidad que esta labor implica. Por ejemplo, en los llamados países desarrollados, y también en algunos de nuestros países, el personal de salud mental que atiende casos de violencia doméstica, deben obligatoriamente recibir supervisión y terapia semanal o quincenalmente, pues los seres humanos no tenemos la capacidad física, ni emocional de lidiar por períodos prolongados recibiendo y escuchando casos donde seres humanos hacen daño a otros seres humanos. Distinto es el caso de sobrevivientes de catástrofes naturales o accidentes. Pero la violencia entre seres humanos enferma también a quien escucha y acompaña los casos (trauma vicario o secundario).
Para transformar nuestras organizaciones, necesitamos reconocer cómo el sistema nos atraviesa a todxs y hacer al menos algunos diagnósticos y tomar medidas. Como si también le aplicaramos a nuestra organización "medidas afirmativas". Si logramos el financiamiento de proyectos que incluya la planificación, la evaluación, el monitoreo... pues también debemos considerar incluir dichas medidas. Un ejemplo concreto y sencillito que se me ocurre, es el inventario de malestares, y si se quiere, el inventario de duelos. Se puede hacer un formulario sencillo para aplicar a las personas que integran el equipo. Es impresionante cuando se pregunta por la frecuencia de dolores de cabeza, dolores de cuello y espalda, pesadillas e insomnio, cuántas veces te llevas a la cama los casos que estás acompañando?. Me parece que no hay que hacer una gran investigación; con pocas y sencillas preguntas se puede obtener información relevante para justificar la necesidad del autocuidado a lxs donantes.
En la Red Capacitar Internacional, de la que formo parte, utilizamos también algunos cuestionarios que pueden ayudar a las personas a reflexionar sobre qué hacen para cuidarse, en diversos planos de la vida, y cuyas reflexiones se pueden compartir en colectivo, a fin de construir también formas colectivas de cuidado.
Lo dejo hasta aquí por ahora ;) Abrazosss
Muchas gracias a quienes nos encontramos en este Foro y a quienes motivaron esta conversación.
Son muchos hilos por tejer que podemos recoger en otros momentos en las realidades y contextos en los cuales nos movemos.
Me parece básico que si estamos en el ámbito de los Derechos Humanos, es precisamente la humanidad la que nos iimporta y esa humanidad se conmueve, sufre, se duele, se molesta, se alegra, se activa y necesita la palabra, un gesto acogedor, un abrazo, un hombro, una escucha plena, y sobre todo un espacio de confianza para sentirse en condiciones de libertad de expresar lo que sucede en su día a día.
Si esa condición básica de la vida la podemos tener en el cotidiano con los seres cercanos en la organización estaremos aportando un tris de humanidad en medio de la urgencia y todo este carrerón en el que nos hemos involucrado.
No hay fórmula, y las experiencias exitosas, las construyen en cada ambiente, porque cada vez es evidente que lo que puede ser el cuidado para unas u otros, no lo es para otras. Es importante rescatar lo pequeño y acogerlo como elemento básico para las grandes tareas.
La revisión de las maneras como las relaciones de poder se expresan en nuestro cotidiano vivir, en las relaciones personales, grupales, de trabajo son una posible entrada a hacer transformaciones partiendo de sí.
Mientras la organización, la activista, la defensora, defensor, no reconozca que hay afectaciones y aspectos de los que hemos hablado en estos días de encuentro, y de otros tanto que posiblemente se nos quedaron por fuera, de los que nos tendremos que ocupar para estar bien y en condiciones dignas, y no sólo porque son responsabilidad del afuera, de otros, sino que también me implica y convoca en mi propia libertad y empoderamiento; los movimientos y cambios serán muy díficiles.
Los cambios no se gestan afuera, nacen desde adentro, de lo personal, del colectivo que se pregunta y busca otras maneras de dar respuestas a las mismas realidades.
El Fondo de Acción Urgente mantiene su énfasis en los Apoyos de Acción Urgente con las Defensoras y activistas y a la par les invita a la conversación sobre el Activismo Sostenible, sobre el poder de si, el poder mutuo, el cuidado de sí, el cuidado mutuo como entradas a revisar las prácticas que afectan, vulneran y/o fortalecen la protección y la seguridad de las activistas en los diferentes ámbitos en los que se mueve, sin desresponsabilizar al Estado como máximo garante de dichos derechos. Consideramos que también en las personas y los colectivos es urgente ocuparse de lo que está también erosionando las relaciones y las prácticas cotidianas de manera que nos ocupemos de manera integral de quienes están en el día a día haciendo lo que hacen en sus comunidades, organizaciones, países.
Les dejo y muchas gracias por su labor y por los momentos de conversación que se propiciaron. Hasta pronto,
Hola a todas y todos.
El conversatorio llega al final, ha sido muy enriquecedor seguir sus planteamientos, la riqueza de sus aportaciones nos fortalecen a todas/os conceptualmente y nos inspiran para continuar y reorientar el quehacer y el activismo político de defensoras/es de los DH. Considero que se ha vertido suficiente información de calidad para integrar y publicar un libro sobre la materia, ojala sea posible realizarlo.
Solo quiero enfatizar la relevancia ético- política de abordar y extender en las organizaciones sociales la reflexión sobre la importancia de la práctica del autocuidado y el cuidado colectivo, como una estrategia fundamental para sostenibilidad y permanencia a largo plazo de la sociedad organizada y sus luchas para la igualdad, la democracia, la justicia, la equidad y defensa de los recursos naturales, los territorios de los pueblos y comunidades rurales e indígenas. Como un principio fundamental de coherencia básica en el cual el bienestar de las personas concretas importa y extender e incluir en el concepto de Derechos Vitales: el autocuidado, el descanso, la recreación y el bienestar construido desde el cuerpo a través de la conciencia corporal, atendiendo todas las esferas de la vida física, emocional-mental y espiritual.
En esta reflexión, una de las premisa, es el reconocimiento de que pertenecer al reino animal de lo humano, implica vulnerabilidad, tanto para mujeres y hombres, pues nuestro sistema nervioso no está diseñado para resistir las amenazas, la presión, la inseguridad, el acoso, las violaciones, el sufrimiento, las injusticias en si la brutalidad humana, sin dejar consecuencias en nuestra salud integral; Hoy por hoy nos consta el impacto que ocasiona vivir con altos niveles de estrés en periodos prolongados, sin espacios de tregua y descanso. Constantemente nos enteramos de pérdidas humanas de activistas y luchadoras/es sociales, que han desarrollado canceres, enfermedades autoinmunes, lupus, fibromialgia, arterosclerosis múltiple, depresión crónica, enfermedades del sistema nervioso, digestivo, respiratorio. etc.etc…
Como lo han mencionado la mayoria, es indispensable hacer trabajo a varios niveles, principalmente a darnos tiempo para observarnos y escuchar nuestro cuerpo, atender sus mensajes, resolver los asuntos dolorosos de nuestra historia de vida, de la familia de origen, aprender a reconocer nuestros límites, y necesidades, a decir No, sin miedo a ser criticadas/os, o juzgadas/os como faltas de compromiso. como se ha reconocido debemos planear el trabajo y distribuirlo considerando la situación de cada persona, tener periodos de retiro, resguardarnos, descansar, tener espacios para cargar pilas (baterías), formar nuevos liderazgos, propiciar los relevos, impulsar casas de recuperación para activistas, como la iniciativa de Oaxaca, incluir en los contenidos de capacitación- formación de las organizaciones la ética del autocuidado y el cuidado colectivo, dar atención especial a la calidad de nuestras relaciones al interior de las oganizaciones y colectivos de los que formamos parte, cuidarnos entre compañeras/os, aprender a manejar y resolver los conflictos de manera asertiva y amorosa, como comento alguien construir “organizaciones con alma” y atender las emociones y el nivel espiritual de sus integrantes.
Puede ser que en ocasiones nos hacemos más daño por el abandono de sí mismas/os, por las tensiones, envidias y rivalidades internas, que por trabajo realizado, pues los ambientes y las relaciones de tensión humana de personas que consideramos nuestras compañeras/os, con quienes compartimos, objetivos, sueños y esperanzas, nos duele y nos puede afectar significativamente al grado de abandonar y distanciarnos de las organizaciones.
También es indispensable reconocer, que se puede ejercer poder vertical y autoritario, en algunas organizaciones, mixitas, es muy frecuente, pero las de mujeres y feministas no son la excepción, y esto sin duda es causa de un sin fin de tensiones y conflictos, confrontaciones y hasta escisiones lo cual no solo afecta y debilita a las organizaciones y sus propósitos sino que lastima de forma directa a sus integrantes. Es decir, reproducir el poder patriarcal en los procesos organizativos de la sociedad civil, tiene altos costos personales y políticos. Por lo anterior urge analizar identificar las formas y estilos del ejercicio del poder y transformar prácticas contrarias a los principios democráticos, humanitarios, de ejusticia y equidad que guía a las/os activistas y defensoras/es de los DH.
Solo me queda agradecer profundamente a las y los organizadores y coordinadores de este conversatorio, que dicho de paso, abrió la puerta para continuar con estos intercambios en el mundo de habla hispana. En especial para mí fue la primera vez que uso los medios tecnológicos para un trabajo tan relevante, me sirvió para hacer mis pininos, con la tecnología, y me di cuenta que no es tan difícil, aunque al principio me puse nerviosa y me sentí incompetente, sin embargo creo que puedo mejorar y participar de mejor forma, Pido disculpas por los errores de redacción y ortografía, pues no supe, al inicio, cómo hacer correcciones.
Solicito ser incluida en otras actividades semejantes sobre la materia.
¡Muchas, muchas gracias a todas/os las/os participantes!
Van muchos abrazos afectuosos
Carmen Magallón Cervantes
Comaletzin,A.C.
México
Con este mensaje queríamos poner fin a este Diálogo Virtual Sobre Autocuidado que hemos realizado durante toda esta semana.
Lo primero es decirles que estamos tremendamente agradecidas de cómo ha discurrido el Conversatorio. Creemos que ha superado incluso las expectativas que teníamos puestas en él, y eso nos alegra e impulsa muchísimo a continuar profundizando sobre el tema.
En esta semana hemos abordado el Autocuidado en el ámbito de los derechos humanos desde múltiples ángulos y múltiples visiones. Hemos puesto en común a personas muy diversas y con trayectorias muy interesantes. Y el resultado ha sido este maravilloso diálogo que nos reafirma en la necesidad de seguir trabajando en el autocuidado tanto en el ámbito personal como en el de las organizaciones.
Queríamos agradecerles la participación, que ha sido increíble. Mucha, y de muchísima calidad. Es difícil lograr juntar en un espacio a tanta gente con tanta valía, y vosotras lo habéis hecho posible.
Solo nos queda decir que quedan muchos hilos abiertos. Que esto no es el final, sino el principio de algo que esperamos seguir construyendo juntas.
El primer paso será que, en unas tres semanas, publicaremos en este mismo espacio un resumen que intentará recoger muchas de las ideas, preguntas, hilos abiertos, consensos… que aquí se han abordado.
Les invitamos a que entren en la página pasado este tiempo, para que podáis encontrarlo. Si alguien quiere recibirlo por correo directamente, puede escribirnos un correo a dialogovirtualdeautocuidado@gmail.com. Nosotras se lo enviaremos cuando esté listo.
Ha sido un placer compartir esta semana con ustedes. Un abrazo enorme y nos seguimos encontrando.
Defenred e Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos